Fue refugio de grandes actores. Quería ampliar un estacionamiento y descubrió un teatro abandonado por más de 40 años que restauró con el brillo de su época dorada
En la esquina porteña donde las avenidas Corrientes y Callao cruzan sus historias, un teatro olvidado por más de 40 años volvió a la vida con el brillo de su época dorada. Albur, un restaurant concert ubicado en un subsuelo, abrió sus puertas a fines de noviembre tras una meticulosa restauración que combina la esencia de los años 20 con las comodidades y la sofisticación del presente.